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La pandemia del coronavirus es algo que ya quedara para la historia, ha parado la economía mundial durante 2 meses y las consecuencias son catastróficas especialmente para el turismo, por suerte de nuestro último viaje por Filipinas regresamos el día de navidad en medio del tifón que azoto malapascua y la explosión del volcán Taal, pero hoy os traemos la experiencia de algunos amigos que la pandemia les ha pillado por sorpresa, algunos con mejor suerte que otros.

Tengo que decir que me ha encantado escribir este post en el que transmitís vuestras vivencias en esta complicada situación, muchas gracias por participar.

Inma, El Nido

Me llamo Inmaculada Pérez, soy de Málaga, tengo 44 años y me gustaría contaros como fue mi experiencia en Filipinas durante la cuarentena. En enero de este año inicie uno de mis sueños que era viajar durante un año seguido por el sudeste asiático. Empece mi aventura en Sri Lanka,de allí seguí a Bali y Lombok y seguidamente las deseadas y soñadas islas Filipinas. El día 8 marzo aterrice en Puerto Princesa y mi primer destino fue Port Barton, un lugar maravilloso donde pude disfrutar durante 5 días de sus increíbles playas, gente, paisajes, chiringuitos y demás. De allí me dirigí hacia El Nido, uno de los lugares mas turísticos de la isla de Palawan y con toda la razón, es un lugar con mucho encanto y con muchas posibilidades de entretenimiento y diversión siempre en comunión con la naturaleza.

Para mi sorpresa y todos los turistas que por allí nos encontrábamos, a los dos días de llegar nos informan que vamos a ser confinados en nuestros lugares de estancia por culpa de la pandemia del Covid-19. En ese momento solo nos quedo aceptarlo como el resto de los mortales en todo planeta; en ese momento comencé a buscar un lugar en el que poder confinarme de la mejor manera posible. Fue entonces cuando conocí al que seria mi compañero de confinamiento, Olaf; un chico canario con el que pase los siguientes 50 días. Nuestra suerte fue encontrar un sitio a pie de playa, en un recinto amplio, con cocina. (muy importante en esos momentos pues cerraron todos los restaurantes y negocios de comida en la zona) Mi experiencia durante en confinamiento en Filipinas no fue mal; afortunadamente podía salir a hacer deporte, preparar buenas comidas con Olaf, disfrutar de unos maravillosos atardeceres cada día pero hubo otros amigos que tuvieron que pasar el encierro en pequeñas habitaciones de hoteles.

atardecer el nido coronavirus
El Nido, Palawan

Las medidas de confinamiento en Filipinas fueron desde el principio muy contundentes y rotundas ;a los turistas nos hicieron registrarnos varias veces en la oficina de turismo, sacar varios permisos para poder transitar en las horas permitidas, las cuales eran muy restrictivas y poco a poco, a medida que iban creciendo paulatinamente los casos en el archipiélago, las medidas iban cambiando.Incluso estando allí se impuso la ley marcial, algo a lo que no estamos acostumbrados y que a mi personalmente no me sonaba muy bien.

Fueron días de mucha incertidumbre, sobre cuando pasaría esa pesadilla y sobre todo cuando podríamos movernos o salir de allí. Fueron pasando los días y aumentaba un poco la angustia, ya que estando allí te das cuanta de la falta de medios de los que ellos disponen y no me sentía segura.

Fue entonces cuando la embajada Española se puso en contacto con todos los que allí estábamos para informarnos sobre un vuelo que el gobierno de España ponía para repatriar a los españoles que quisieran salir de Filipinas y volver a nuestro país. Muy a mi pesar cogí ese vuelo de repatriación y ahí puse la pausa a mi aventura. Contaros que no fue fácil la vuelta a España; hubo gente que se encontraban en destinos muy complicados para volver pero  el consulado y otros viajeros que por allí estaban hicimos piña y todos colaboramos en la medida que podíamos para facilitar a todos la vuelta. Para mi fue muy satisfactoria la actuación de este equipo de personas que nos ayudaron tanto y que estuvieron tan pendientes de todos nosotros. Fue un viaje largo y cansado pero volvimos sanos y salvos aunque con un poco de tristeza por no haber podido gozar de esas maravillosas islas y su gente. Me queda pendiente volver y espero que sea lo antes posible.

Un cordial saludo a todos.

Inma Pérez, Málaga.

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Inma en el aeropuerto de Puerto Princesa

Viajar en grupo en medio de una pandemia

Viajar durante una pandemia, son de esas cosas que uno puede contar cuanto llega a viejo. Pasamos momentos de nervios y angustia tratando de lograr que nuestros viajeros puedan volver a sus hogares con sus familias y amigos, pero la experiencia nos dejo muchos aprendizajes.

Nuestro viaje comenzó a principios de marzo cuando el Covid-19 no era una pandemia aún, sonaba a algo lejano que pasaba en China y unos pocos países del mundo. En cuestión de días todo cambió, y el mundo no volvió a ser el mismo.
Volver a nuestros hogares fue una experiencia que se puede asimilar a un videojuego, donde se te acaba el tiempo y cada nivel es más difícil que el anterior. Islas que cerraban sus fronteras de golpe, aeropuertos con poca o nula información, aerolíneas que desaparecían o no contestaban el teléfono, países que restringían o clausuraban las fronteras y mucha desinformación a nivel mundial sobre lo que sucedía.

Para nosotros, todas estas preocupaciones eran multiplicadas, ya que nuestro grupo de viaje se conformaba de viajeros de España, Argentina, Paraguay y Uruguay por lo que todos tenían vuelos distintos y caminos diferentes para poder volver. Todo esto puede parecer mundano, pero cuando estas a miles de kilómetros de tu hogar, y ves que el camino para volver se vuelve cada vez más empinado, es importante tener la mente fría e insistir.

aeropuerto cebu covid19
aeropuerto de Cebú

Trabajo en equipo e insistencia

Por más simple que parezca, estas fueron las claves que ayudaron a que todos los integrantes del grupo pudieran volver a sus respectivos países. No nos dimos por vencido, nos apoyamos como grupo y en los momentos difíciles nos dábamos ánimos. Enfrentar una situación adversa de este tipo con un grupo de personas increíbles hizo que nos uniéramos más aún y nos pusiéramos hombro con hombro contra el mundo.

En un momento, cuando la cosa se puso fea y todas las islas comenzaron a blindarse (no entraban ni salían aviones ni barcos) tuvimos que dejar el itinerario de lado y “escapar” hacia Cebú, ya que era la isla con aeropuerto internacional más cercana. Desde ahí comenzó nuestro periplo de visitas diarias al aeropuerto de Cebú. Hablamos con el ministerio de turismo, con Philippines Airlines y con todos los grupos de personas de distintos países para que ejercieran presión en sus embajadas

La historia resumida dice que logramos entre todos armar un vuelo Cebú/Manila (desde donde casi todos tenían sus vuelos de salida del país) que ayudo a más de 200 personas a volver a sus hogares. Los restantes pudimos conseguir vuelos (no sin infinitas filas en distintas aerolíneas y llamadas constantes) desde Cebú mismo. Finalmente, todos volvimos a nuestros países, sanos y salvos y con una increíble historia que contar.

Evidentemente el mundo como lo conocíamos no estaba preparado para lidiar con un suceso de esta magnitud, nos agarró a todos por sorpresa. Ojalá este tirón de orejas sirva para que dejemos de dar por sentado el mundo en el que vivimos. Ojalá nos volvamos más consientes de que este es el único lugar que tenemos para vivir, y comencemos a cuidarlo mucho más.

¡ Ahora solo esperamos que todo esto pase pronto y poder volver a disfrutar del paraíso que es Filipinas en el 2021!

Santiago, El gran viajecito.

el gran viajecito Filipinas
El gran viajecito, Chocolate Hills, Bohol

Rut, isla de Samar

A Rut le pillo la pandemia en la isla de Leyte de camino a Samar, ella es amante del surf y viaja por Filipinas con su tabla, buscaba las famosas olas que golpean la costa al sureste de la isla.

Samar es una zona muy poco turística, es la única extranjera allí y se alegra de haber estado allí viviendo esta pandemia, vive en una casa al lado de un río y una playa con olas, ¿que más necesita una surfera?

samar playa beach
Playa en la isla de Samar

Allí vive con una familia Filipinas que se ha portado estupendamente con ella, ellos le enseñan a cocinar los platos Filipinos y ella les enseña la cocina Española, porque Rut en España trabaja en un restaurante de San Sebastián, come todos los días pescado fresco y verduras porque va con los locales al río donde le han enseñado a pescar, nos cuenta que a veces se siente observada por ser extranjera pero se acabo acostumbrando.

Las últimas semanas que hay menos limitaciones con la cuarentena ha podido hacer alguna excursión a cascadas e islas cercanas, además al ya no haber olas en esta época ha cambiado su tabla por un kayak. Su intención era seguir recorriendo Filipinas después de la pandemia pero se esta alargando tanto que ya se plantea el momento de volver a España.

Rut, isla de Samar.

rut samar familia filipina
Rut con su nueva Familia

Daniel, Panglao

A Daniel le pillo realizando unas gestiones en España cuando Duterte anuncio que en 48 horas iba a cerrar el país, se las tuvo que ingeniar para regresar junto a su mujer Filipina a la isla de Panglao donde regenta un pequeño resort, el día 13 de marzo estaba saliendo desde España hasta Manila y el 14 volando en el último vuelo que ha entrado en el aeropuerto de Panglao en casi 3 meses, ahora nos cuenta como ha vivido esta pandemia:

La vida da muchas vueltas, en Agosto de 2019 inaugure un pequeño resort en Panglao cerca de Alona Beach. Panglao en la provincia de Bohol se ha convertido sin lugar a dudas en uno de los lugares turísticos con mayor auge en Filipinas. La excelencia de las aguas para la practica del buceo, la buena comunicación con otros puntos de interés como Cebú, Siquijor, Camiguín o Anda entre otros junto con el nuevo aeropuerto internacional han convertido a Panglao en un área de gran interés turístico y también un gran lugar para invertir si decides abandonar tu hogar, como ha sido mi caso y el de otros Españoles.

En este contexto de prosperidad, el Covid19 aparece y cambia por completo el escenario. La situación se degrada rápidamente y muchos turistas se encuentran atrapados, sin poder desplazarse dentro del país pero tampoco volver a sus hogares. Inmersos en un estado de incertidumbre donde nadie sabe lo que va a pasar y donde la ayuda del gobierno se hace de rogar. En este tiempo algunos Españoles consiguieron volver a España, arrimando el hombro, creando presión y ayudados por plataformas como en la que estoy escribiendo. Otros decidieron quedarse aquí, disfrutar del entorno y relajarse en un medio mas seguro y amigable del que por desgracia se esta viviendo en España y otros países occidentales.

Ohana resort, Panglao

La vivencia aquí he de confesar que no ha sido mala, en Bohol no ha habido casos de virus en este tiempo, y pese las medidas de seguridad y restricciones, hemos podido disfrutar de cierta libertad y un entorno agradable. Desde el punto de vista de los negocios, la repercusión por supuesto ha sido brutal, lo mismo que en España. Negocios cerrados, trabajadores que de por si viven en cierto estado de precariedad totalmente privados de ingresos. El turismo en esta zona es la principal Fuente de ingresos y dependemos de volver a cierto grado de normalidad para sobrevivir.

Esta situación nadie la esperaba y nos ha cogido a todos con la guardia baja, pero todo se arreglara y mas tarde recordaremos estas vivencias mientras nos tomamos nuestra bebida favorita en frente del mar. Volveremos a viajar y a disfrutar de las maravillas que ofrecen países como Filipinas.

 Desde aquí, os mando un saludo a todos y os digo: “Venir a Filipinas cuando sea posible y seguro”. Es un destino que no os va a defraudar!

Se despide de vosotros Daniel desde Alona Beach. Un fuerte abrazo a mis amigos de Guía de Filipinas que gracias a su excelente trabajo se han convertido en una gran ayuda para todos los Españoles viajeros.

Daniel, Panglao.

Borja, entre Manila y Burgos

Borja es uno de los Españoles que es muy feliz viviendo y trabajando en Manila, la mala suerte para él, es que el 6 de marzo regreso a España, a su pequeño pueblo en la localidad de Burgos y desde entonces todo han sido malas noticias para él, no ha podido regresar a su puesto de trabajo, ya que actualmente ni siquiera teniendo una visa de trabajo puede acceder al país, y además tiene su condominio allí con sus cosas y tiene que seguir pagando el alquiler.

makati manila
Vistas de Makati

Por suerte su empresa se ha portado muy bien en este aspecto y le ha seguido pagando la nómina y le están buscando la posibilidad de trabajar en otro proyecto en otra ciudad Europea, aunque el lo que quiere es poder regresar a Filipinas con su novia y seguir con su proyecto, cree que Filipinas esta mucho peor que otros países con el repunte de casos en las últimas semanas y no cree que se pueda volver antes de tener una vacuna.

Hemos quedado que cuando todo esto pase y podamos volver a Filipinas nos llevara a ver las peleas de enanos en el barrio de Makati, de momento él y todos tendremos que esperar.

Bazefi Ozawa, Manila

¿Y vosotros como habéis vivido esta pandemia? puedes dejarnos un mensaje en los comentarios.